THE SCRIBE PROJECT / THE SCRIBE NOTEBOOKS
Behind this series is a fictional character that plays with words. A storyteller. In this project I work with the written word as a plastic material. Storytelling is used as a way to create unlimited patterns that convey meaning beyond words. Letters and stories repeating themselves, always changing, always unique.
--cp
LOS PARPADOS DEL ESCRIBA
2004-2006
L.P.D.E INDICE / 1.RUBRICA /// A, B, C / 2.OPUS / 3.ORBE / 4.OVUM / 5.OBLACION /// VERBO HEREDAD, GRAFEMA ENIGMA /// 6.VERBO, HEREDAD / 7.MISTERIO / 8.TELAR / 9.LOS RITMOS / 10.LOS RITOS / 11.UN ORDEN DE VIVIR / 12.LUNA NUEVA / 13.CIFRA / 14.EL ARCA / 15.NOCHE CIRCULAR, OCEANO / 16.LAS CENIZAS DEL AVE / 17.HERENCIA / 18.BITACORA DE LA SANGRE Y LA LUNA /// CUADERNOS DEL ESCRIBA /// CUADERNO I / 19.CRIATURA MITICA / 20.CANCION DEL POETA / 21.RITO INMEMORIAL / 22.VERTIGO / 23.RUMOR / 24.IMAGO MUNDI /// CUADERNO II / 25.LOS CIRCULOS CONCENTRICOS / 26.CREATURA OUROBORUS / 27.INCOGNITO / 28.PELIGRO DE EXTINCION / 29.MUTACION / 30.LIBRO DE MISERIA DE OMNE / 31.FATALIDAD / 32.HORROR VACUI /// CUADERNO III / 33.FABULA DE UN JUEGO / 34.METROPOLI / 35.CAVILACIONES / 36.LOOP / 37.ATARDECIO / 38.DIALOGOS / 39.AMBITO ANCESTRAL / 40.LA MEMORIA, CREATURA ENCANTADA / 41.EL SUEÑO DE LA RAZON / 42.VUELO Y CAIDA / 43.DRIP, DROP / 44.CONFRONTACION / 45.AGUA Y SAL / 46.JUEGO DE DADOS /// CUADERNO IV / 47.ORACION / 48.NIEBLA / 49.CANTO BLANCO / 50.EBRIEDAD COMPARTIDA
RUBRICA
¿Qué antorcha te guía viajero milenario
a los vastos orbes de esencias y de enigmas?
¿Qué razón entrecruza el oro y el lirio?
¿Qué mano secreta sembró en ti el estigma?
Hacia ti mismo en concéntrica fragua,
a través de laberintos de sombra y de luz.
Ya el árbol de sangre medita su lengua.
Ya las ondas liquidan otro peso de cruz.
La vida cultiva misteriosas sendas
transfigurando el sueño a tu paso salvaje
dilatando los centros del núcleo que ahondas.
Ahora avanza. Sacude las sombras del traje.
Ya manan en círculos poderes y ofrendas.
Ya inicia la obra su implacable viaje.
+
ORBE
Bajo los párpados del Escriba desaparece el mundo
y otro se instaura, a la luz del infinito verbo.
Las hondas pupilas corren temblorosas hacia el cénit
tiembla la piel, y como blandos pétalos de un lirio
entreabre el Orbe donde carne, sueño y temblor se imbrican.
Las pupilas prueban vaciarse en el todo, llenarse vacías, ahondarse,
levemente ruedan por cavidades y bóvedas absorviendo imágenes.
Una punta enorme de luciérnaga. Un enorme crustáceo de sal.
Una ráfaga de soles diminutos proyectada por un punto ciego
enfrentando una apoteosis de nubes amarillas a lo Tiepolo.
De un estrecho ángulo brota un hilillo de luz: una fisura
rodeada por miles de puntos que irradian concéntricos otros puntos.
Tras la fisura hay un lentísimo movimiento de formas-larvas
trasmutando de planas a sólidas entre grandes oleadas de luz.
La pirámide de nieve se trasparenta en sedosa lluvia holográfica
de arriba a abajo, de abajo a arriba, gime deshilachado su hielo.
Resbala un pájaro negro como una gota de tinta
en la oscura vacuidad donde anida la frente.
+
VERBO, HEREDAD
Como un libro que trama el primer dédalo,
Yo, lento escriba en su metáfora,
escribo, registro, medito, doy
mil historias de mi y de otros.
Oscilo entre visiones puras y derivadas,
entre visiones de una transparencia lúcida y palpitante.
Cargo la locura de querer influir en el mundo
deliberadamente, absurdamente
como una cruz que ya no se confronta
mientras sostengo otras cuya intuición no abarco.
Yo, vocablo abierto y flexible,
garganta donde un velado soplo impulsa la placenta del silencio.
Yo, y este paladeo satisfecho de palabra (donde avanzo)
y mi absoluta fascinación por el silencio (que persigo).
Yo, y una expresión franca y convulsa,
imago secuencial de mis anillos concéntricos.
Yo, hombre entero, parte aleatoria, porción suficiente,
el apasionado amante de un albúm de botánica
el colector afiebrado y vegetativo
el geómetra de nuevas geometrías
que sobreviven apenas al pensamiento y la línea.
Yo, con divertimentos de hombre maduro
y otros de hombre sinceramente complejo.
Soy un gran plasma de impresiones mixtas
órgano en el que el universo articula sus leyes.
Sensaciones sin mitologías y sin nombres
nadan como delfines por los vericuetos de mi sangre.
Sensaciones madres de otras sensaciones
bajo la cáscara, hacia la espina, de vértebra en vértebra.
Yo, y una amplitud de energía cuya fuente no digiero
de la mano de un poder que dudosamente presiento.
Yo, y un corazón épico, desbocado (sin reposo)
en el instante del rey Gilgamesh al reclamar sosiego.
Yo, y acaso a destiempo, incorregible ser anacrónico.
Artificio verbal, gesto adquirido, copista de históricas ficciones
el de libros de historia ordenados en anaqueles clásicos
el poseedor de globos terráqueos con una geografía antigua, museable
de mares inflados por la herrumbre sepia de los daguerrotipos.
Yo, ser atávico, nexo confiable, podrida rama de genealogías
con el rostro simplón frente a un espejo que duerme y al que escupo:
Yo, retorcido saltimbanqui de turno,
antagónico por doblez y sin salida.
Yo, representante irreal del conjunto,
análogo a lápidas de una sola frase.
Yo, ridícula pieza sobre un tablero absurdo,
amanuense blafemo en postrimerías.
Veamos al revés, me digo, entendamos los vínculos
destruyamos los antiquísimos esquemas gastados,
la línea fatua del tiempo, su absurdo registro de cronologías.
La palabra contra-natura, la palabra-contra-vida,
el verbo que entierra otra memoria.
¿Cuál, digamos, sería el eslabón perdido entre el hombre y el hombre?
El sol arde, y es bello…
Pero empecemos por borrar divinidades
y ni siquiera el tierno panteísmo que profeso
ni siquiera el degustable ensayo estético.
Ahondarme, vaciarme, ampliar mi pecho.
Necesito beber porciones puras, absorver los surtidores de oro y de jade.
Bajar a la raíz del rubí que tercamente amasan mis dedos
donde el fuego consume signos en trance de disolución abstracta.
La palabra-larva, atorada en la garganta,
la palabra que entierra otra memoria.
Esta solemnidad terrena es un ridículo absurdo,
una burla imaginaria. Gritemos, sólo por sacudir.
Fiebre, rabia, violencia, todo cabe en mi corazón.
Depositario de esta decrépita herencia brinco henchido por rabias.
Perforemos los siglos con hoyos de luz
los siglos-odios, los siglos-masacres,
los siglos de buitres que sobrevuelan a hombres muertos en vida
dados al sonambulismo por sueño,
al tedio por saciedad, al odio por miedo.
Siglos engastados con las babas redondas
de una jauría religiosamente hambrienta.
Los colmillos se clavan al vientre de la madre
al tiempo que destrozan una red blanca y brillante.
¿Es eterna la lucha, siendo absurda cruzada?
La duda asoma, acierta. Y otra batalla impone.
Pese a ello, aún protejo una mirada limpia.
Tengo ojos que no deben pertenecer a este mundo.
Un prisma de raros cristales sólo nublado por insensatas fiebres.
La esperanza está puesta en otra dimensión, asumo
maneja otros códigos.
Yo, heredero del lenguaje,
hombre trepado a su gran árbol de símbolos.
Padre, hijo y espíritu de este extraño cuaderno.
Individuo trenzado entre conceptos de sangre y de verbo.
Yo, hombre-árbol, hombre-bestia, hombre-esfera,
con un instrumental exquisito que ya elaboro.
Yo, el Escriba de un tiempo linealmente agotado:
expongo un Yo bufón, reidor de sí mismo;
carcajada al revés, a través, más allá.
(Frente a la imposibilidad corpórea de liberarnos,
la posibilidad de la mente que rige las formas).
Queda la subversión:
alteremos lentamente la herencia.
+
MISTERIO
Con qué perplejidad
observo, inocentemente
ésta rosa.
A veces me pregunto
si ella y no otra
es la Rosa Real
de Krishna, y de Eliot.
+
TELAR
Para protegerme de la realidad
erijo templos con la punta de mis dedos.
Toco el sol para beberlo, es tibio.
Bajo el influjo de mi tacto
edifico singulares historias.
¡Con solo imaginar!
Siembro nardos en tu pelo.
Tu piel aún, largamente distante
incendia aromas en mis yemas.
¡Con solo imaginar!
Intercambio memorables estaciones
en la aridez de ruinas sin charcos.
Postulo respuestas sin preguntas
a priori, a posteriori, a porque sí.
Penetro el muro sin romperme la cabeza
y sorbo espinas sin triturar mi lengua
las imagino blandas, acolchadas y dulces.
¡Con solo imaginar!
Saco las ideas por el ojo de la aguja
y por los huecos del aire
voy hilvanando fragmentos:
briznas, tagencias, mosaicos…
Entre yo y yo mismo
un absurdo previene
algo tan material, tan inflamable
como una bomba de tiempo.
¡Con solo imaginar!
Voy existiendo. Cruzando el hilo.
Esta pequeña libertad me proteje.
+
LUNA NUEVA
No hay mañanas.
Sólo un presente fijo
una concurrencia de sueños
un ayer probable.
Sólo ésta noche
plena de esencias
lenta en su ritmo.
Sin luna.
Sólo la brillante redondez
de un nombre antiguo.
+
CIFRA
“Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.”
Nezahualcóyot.
Padeceré mis espejos.
Las múltiples noches y los contados días
tejerán la razón sucesiva de mi vida.
Sospecharé con inéditas lenguas
las señales de infusas cicatrices.
Aspiraré tardo para la hora
el hondo perfume de lo elíptico.
Fraguaré un gesto denso y absoluto
que sume cuantos yo he sido
para barrerlos, para vencerlos
para imponer el gran gesto.
Para vencer a este ser confuso,
intrincado en memorias.
Ejecutaré un número irreal
de acciones: será un lento fatigar
las inflexiones de mi sangre.
Impondré el arduo giro ¡origen!
que me otorgue los pasos de mi muerte.
Consumiré mi irrepetible cifra
a la luz simple y llana
de un día único, asaz común.
+
NOCHE CIRCULAR, OCEANO
Noche circular, océano,
y yo una isla remota
en su lejanía espejeante,
expectante, próxima
en el túmulo de raíces
que levanta mi vida.
Isla hundida en la noche
del gran océano, círculo,
que me refleja tal como soy
borrado el rostro, sin nombre:
un áspero secreto
diluido en las aguas.
+
CRIATURA MITICA
He imitado la esencial naturaleza del mito.
La inefable facultad de repetirse una y otra vez
a través de los siglos, los hombres y la historia
hasta adquir consistencia, cierto peso indiscutible.
Las variaciones impiden el mortal aburrimiento
sobreviven o colapsan a la orden del día.
Una y otra vez vuelvo a mí, mil veces repetido,
dentro de la realidad o la noción de un mito.
+
FABULA DE UN JUEGO
El juego propone evitar ciertas reglas.
Las reglas son vagos apuntes,
desesperados borradores sobre un plano infructuoso.
Sobre todo, debes recordar que no hay certezas.
Tus fichas son:
un cuerpo, un alma, un espíritu,
una esperanza, una memoria, una imagen…
Cada entrega de fichas y contrafichas
es minuciosamente caótica.
Tú debes hallar el orden.
No es tu juego, pero de ti depende,
de ti depende que llegue a ser tuyo.
+
METROPOLI
El cielo, voluptuoso azul, llovido y séptimo
desciende hoy a tu corazón de piedra y hierro,
baña con nubes y relámpagos tus ruidos
limpia con hilos de agua tu niebla gris-asfalto.
Acostado por los techos
recorre la urdimbre de cubos y agujas
deambula por arcos, entre columnas,
penetra amarillo por las ventanas.
La tarde da alaridos satisfecha. El tiempo
colapsa en un erupto. Mientras el cielo
(diáfano fractal, esférico aparente)
estudia la razón geométrica de la metrópoli.
+
LOOP
Hay una curva en los sueños, persistente, absoluta.
Cada edad desentierra a trozos su incoherente anomalía.
Un ala de sombra oscura. Un hato de oscuros setos.
Solitaria curva bordeada por enormes pinos negros.
Siempre el mismo bosque de piel de cuervo, muy tupido,
batiendo espeso, atracando luces, tragando el aire que no huele.
Curva remota y austera. Muro tal vez. Tal vez pozo. Sordo eco?
Qué tan lejos? Qué tan hondo? Curva singular y repetida…
Una ondulación sombría. Una brillante opacidad. Una interrupción?
Siempre la misma curva en los sueños, persistente, absoluta,
cada edad desentierra a trozos su incoherente anomalía.
Un ala de sombra oscura. Un hato de oscuros setos…
+
EBRIEDAD COMPARTIDA
I
“Así fue escrito que yo amara el buen vino
y me embriagara en él”
Nuevas. Rubaiyat. Omar Khayyam.
Mi cuerpo exacerbado, maestro desoído,
es hoy una pirueta plena.
Pese a mi complejidad cotidiana
alcanzo un centro vasto, sin nudos.
Obstruidas fibras se destapan
para el potente concierto de mi sangre.
El vino, la sangre, la danza y la noche,
asidos y disueltos en un giro profundo.
Una insondable dicha se suma
al hermoso cantar de los grillos
(los grillos crean puntos de desagüe,
aligeran el negro peso de la noche).
Sobre mis hombros
dos pájaros de córneas moradas,
beben la emulsión de azúcar y sal
de mis poros. Sorben y susurran:
Sé atento al cielo,
Pon fuego a tu fuego,
Come con hambre,
Bebe con sed.
Sé alegre. Sé fuerte.
II
Recupero olvidados banquetes de luz.
Llevo los pasos de antiguos ritos:
los de iniciales doradas sepultadas por el lodo,
rituales del fuego iniciado sobre el agua...
Me multiplico en la embriaguez.
Mi ser éxtatico vibra febril
con una luz penetrada y envolvente.
En mi alegría sin piedad, paro una estrella.
¡Aquí el carnaval de pasiones nobles y puras!
¡La danza del animado cuerpo y del animado espíritu!
¡Una explosión sorda y divina!
¡Aquí la sustancia de la noche y el fermento de la uva!
El instante favorecido por el vino ámbar de Khayyam,
poeta persa de otro oriente.
III
“bebe vino, cuando tu cuerpo se convierta en polvo,
este irá a formar copas y jarras”.
Nuevas. Rubaiyat. Omar Khayyam.
Ven conmigo hermano
protejamos la noche-madre
sumergida y lunar.
Entremos a la taberna hospitalaria
fundida a los ritmos
de humeantes lumbres.
(Yo y los otros, consustanciados)
El amigo levanta su jarra y brinda.
Me dice:
Hermano,
aun cuando se detenga la danza y la euforia,
aun cuando avance el hielo y la sombra
aun para entonces o por siempre:
sonreiremos.
Los brindis se suceden
cargados de evanescentes ofrendas.
Los amigos aplauden y celebran,
los enemigos bajamente sospechan.
Yo dilatado y repleto de mi mismo y de todos
y la sana alegría de beber
el mismo vino entre hermanos.
Y el recordado dolor por la traición
de otro hermano al que debo
a fin de cuentas, compasión infinita.
Yo en la hora alegremente franca.
Hora de reír y beber
a boca ancha y por todo el cuerpo.
Hora de la cofradía y el fuego
a la mesa del árbol
hincado a la tierra.
IV
Hermanos, llegará el día
para comprender el presente vínculo.
Por hoy, disfrutemos el incendio
del vino y las sonrisas.
¡Ved el instante, repleto de luces!
¡Ved como abre su pecho
regalando un botón de estrella!
¡Ved como alumbra
los rostros, los dientes, las manos!
¡Ved como el doble cono de arena
muta irónico en sonrisa!
Escuchad la nostalgia
de nuestras viejas canciones:
la cuerda que extrae del llanto
hermosas melodías.
Riamos, comamos, dancemos…
Dulce es el vino que roba la pena.
Hermanos, grito solo y quedamente:
Nos pertenece el tiempo…
¡Nos pertenece el tiempo,
la embriaguez y la noche!.
+
© claudia paneca . 2010